lunes, 7 de septiembre de 2015

Yo fui al colegio con Fermin

Esos chiquillos me hacían acordar ciertos momentos que creía estaban sepultados en el tiempo; uno, incluso, tenía los ojos muy parecidos al color otoño del genio de la música que compartió aquellas aulas roídas conmigo. Discernían en que el niño del presente no hacía lo que quería, no aspiraba a nada; y, como todos decían Fermín hacía lo que solía brotar de él, y era un maestro en ello; aunque en algunos casos un tanto haragán. Él, con su filosofía y su forma de ser tan destacadamente particular.
 Aquella vez los recuerdos me inundaron y olvidé a la clase por completo, cuando me di cuenta todos mis alumnos me miraban divertidos.
 Ella, la pequeña pelirroja preguntó:
-¿En qué pensaba profe?- y, sin pensarlo realmente, siendo un auténtico acto esporádico, dije:
-Yo fui al colegio con Fermín-
 Y reímos los veinticinco alumnos y la maestra a la vez.

 Claro, ellos no sabían quién era él; pero, mi mente quedó años atrás, recordando la sonrisa de cada uno de mis compañeros y amigos, y sus pequeñas cualidades que los hacía y, seguramente, hacen las personas maravillosas que son y serán para mí, siempre

viernes, 4 de septiembre de 2015

Quisiera

Caminaba descalza por los verdes prados que se extendían a todo su alrededor, a donde quiera que mirara. Se sentiría feliz de decir que no tenía padre o madre, que no tenía siquiera una sola posesión que la retuviera; pero no era así, así que no podría esfumarse como la espuma del mar, ni dejarse llevar por el viento como un pétalo desprendido.
 Caminaba con sus brazos colgando hacia un lado, hacia el otro, balanceándose lentamente con el sonido del día, que corría encima de ella, a su alrededor y en su interior.
 No miraba el cielo azul, las flores silvestres, los árboles o las ardillas que se avecinaban; veía tierras frías cubiertas de un grueso manto blanco, correntadas de helado aire y copos de nieve derritiéndose en sus cabellos. Sentía los pies entumecidos y las manos con aguijones salvajes. Veía un paisaje en tonos grises y casi sin vida, pero a ella le bastaba, y le hacía feliz, porque sabía que en algún rincón de ese desolado lugar lo encontraría a él; y con él, calor y amor para siempre, y el sol ya no significaría nada; y el fuego no tendría función; y el aire no tendría valor.

 Para ella, solo habría amor.

lunes, 31 de agosto de 2015

Juventud


El agua devoradora

La caries blancuzca

Un apéndice inflamado

Un club deportivo

Una película nueva

Un alma esperanzada

El calor agresivo

El pus bochornoso

El régimen alimentario

Un alfiler puntiagudo

Un carácter tremendo

El análisis detallado

El hambre dolorosa

Le grandeza fingida


Un amor apabullante

viernes, 28 de agosto de 2015

Preguntas. II.

¿Se puede olvidar a un ser amado?
¿Podemos recordar llorando?
¿Debemos ver lo alejado?

¿Debemos dejarlo seguir?
¿Tenemos que estar aquí?

¿Cómo podemos saber
Si hacemos mal o bien?

¿Cómo debemos saber
Si dejamos ir o venir?
¿Cómo calmamos el llanto?

¿Por qué quedarse
Con alguien que no está
Sin dejarlo volar?

¿Cuándo nos damos cuenta
De que ya no está?

lunes, 24 de agosto de 2015

Miradas que dicen

Ojos celestes concentrados en el horizonte
Ojos celestes que esconden lo que saben
Ojos celestes que ignoran lo que sienten
Ojos celestes que no saben lo que quieren

Ojos marrones que quieren lo que miran
Ojos marrones que sienten envidia
Ojos marrones que se mantienen ocultos
Ojos marrones que no sienten en absoluto

Ojos verdes que se sienten desorientados
Ojos verdes que se sienten abrumados
Ojos verdes que se ciegan ante la alegría
Ojos verdes que agarran fuerte la vida

Ojos color miel otoño están siempre
Ojos color miel otoño lo saben todo
Ojos color miel otoño miran a todos lados

Ojos color miel otoño eternos y alegres

viernes, 21 de agosto de 2015

Preguntas. I.

Conozco el camino del olvido, pero
¿Y si no quiero olvidar?

Conozco el camino del rechazo, pero
¿Y si no quiero aceptar?

¿Quién puede tomar decisiones
Sin afectar a otros?

¿Quién puede amar u odiar
Sin alguien para hacerlo?

¿Podemos, queremos, ver a nuestro alrededor?
¿Podemos ver a nuestro ángel guardián?

¿Queremos sentir el calor del amor?
¿Qué queremos? ¿Qué sentimos? ¿Qué hacemos?

¿Puedo saberlo todo?
¿Puedo decirlo todo?

¿Puedo escucharlo todo?

Si no puedo, ¿Qué puedo?

lunes, 17 de agosto de 2015

Fogones

Amistad tan sencilla como el arder del fuego, tan fugaz pero que quema y cicatriza para siempre.
Esos fogones tan simples, uno junto al otro hombro con hombro, pasándonos un enorme vaso, cantando al unísono canciones eternas y repetidas.
Esas personas indispensables.
Esas anécdotas siempre graciosas.
Los comentarios idiotas que jamás faltan y nosotros que nos reímos y oímos el silencio, volvemos a reír y nos miramos, y miramos el fuego, y cada uno guarda una imagen de cenizas, de ese calor del fuego y la vida, del rasguído de las guitarras y las voces con talento, y las miradas infinitas de la noche extinguida.

A veces me lamento por los momentos perdidos, porque siempre hay alguien que se aparta, que se va un ratito y se pierde algo mágico; y, esa generalmente soy yo; más no lamento, ni un segundo de mi vida, haber vistos sus sonrisas.